Trecking en territorio M'uun

Una de las características de los habitantes del estado de Chin consiste en los tatuajes faciales que lucen las mujeres de las tribus. Si bien hay muchos mitos acerca de como empezó esta tradición lo cierto es que es considerado un símbolo de belleza entre los locales. En el año 1960 el estado prohibió esta practica generando así una considerable disminución de la tradición. Hoy en día la mujer más joven que luce un tatuaje facial tiene 28 años. Cada etnia de la provincia de Chin tiene su arte particular a la hora de tatuar.

Viajar por el estado de Chin es un verdadero privilegio, abierto al turismo hace poco tiempo es uno de los lugares de Asia más tradicionales y menos influenciados por occidente. Entre sus montañas se encuentra el pueblo de Mindat punto de partida para los viajeros que se adentran en las montañas más remotas del estado. Habíamos pasado un dia entero en Midnat. Con lluvia casi constante pasamos horas en un cafe observando poeticamente como los habitantes iban y venian en sus quehaceres diarios. Un dia después dejamos atrás la pequeña ciudad para iniciar un trecking que nos llevaría por pequeños pueblos de agricultores. La intermitente lluvia hacia juego perfecto con lo verde del paisaje. Llevábamos caminando mas de tres horas por montañas selváticas y cultivos. Estábamos cansados pero el camino ancho de tierra que ahora empalmábamos prometia llevarnos a nuestra primera parada. Luego de unos minutos vimos la primer casa de madera y paja elevada a varios metros del suelo.

Mientras mas nos adentrábamos en el pequeño pueblo mas se hacia evidente que los adultos se encontraban trabajando la tierra en los campos. Desde las entradas de las casas nos saludaban ancianos y niños, algunos trabajaban granos otros hilaban. En varias casas paramos para charlar y compartir un breve momento con ellos. Tanto este pueblo como los siguientes que visitamos son el hogar del pueblo M’uun, una de las tantas minorías étnicas del estado de Chin. Nos pasamos dos dias recorriendo esta region. Alternando entre difíciles senderos y pueblitos. Haber conocido a los locales fue una experiencia gratificante como pocas, uno se va adentrando en un estilo de vida con un ritmo mas lento y pacifico, en contacto con la naturaleza. En cada pueblo que entramos fuimos recibidos con curiosidad y timidez. Un genuino intercambio con las personas del pueblo M’uun no es difícil. Son un pueblo abierto a la diversidad, hospitalario y gentil como rara vez se puede ver.